martes, 15 de abril de 2014

EL SANATORIO MARÍTIMO y EL HOSPITAL PORTUGUÉS DE HENDAYA




EL SANATORIO MARÍTIMO DE HENDAYA

Entre los establecimientos que sostiene la Asistencia Pública de París, y que se elevan a un total de ochenta y tres (1910), de los cuales treinta y dos se hallan instalados fuera de la urbe, encontrándose diseminados en diversos puntos de Francia; se encuentra el “Sanatorio de Hendaya” (1899), destinado a los niños procedentes de las escuelas públicas parisienes, establecimiento interesante, que aunque no ofrece ninguna atrayente particularidad arquitectónica, pues está dispuesto con suma sencillez, puede ser considerado como modelo de esta clase de instituciones por su excelente organización.

Foto 001 Sanatorio Marítimo de Hendaya

Situado frente al mar, lindando con la playa, y a no muy grande distancia de los hoteles y sillas que hermosean aquella parte de la costa, ya de por si muy bella; sin embargo, pasa seguramente inadvertido para muchos de los excursionistas y veraneantes que en aquellos preciosos sitios se recrean.

Contrastando con la magnificencia de hoteles que, como el Euskalduna, junto al mar se alza majestuoso atrayendo principalmente la atención, el Sanatorio, más modesto, está constituido por sencillos pabellones separados por jardines, y en ellos están instaladas las distintas dependencias que le integran, siendo las principales las destinadas a dormitorios, comedores, salas de clase, de baños, cocina, oficinas, etc., así como las destinadas a lazareto, en las que, como veremos más adelante, son colocados los niños durante los primeros días de su estancia en el establecimiento.

El Sanatorio Marítimo de Hendaya empezó a funcionar en 1906. Tiene este Sanatorio capacidad y elementos suficientes para albergar a 644 niños, aunque en aquella primera época la máxima capacidad ocupada fue de 585. Estos niños proceden todos de las escuelas públicas de Paris, y son enviados por la Administración general de la Asistencia Pública para que residan en el Sanatorio hasta lograr la tonificación que su organismo necesita.

Foto 002 Hotel Residencia Euskalduna, Hendaya

Hijos, muchos de ellos de obreros, de empleados modestos y de humildes industriales, mal alimentados y viviendo en condiciones muy deficientes en cuanto a higiene; llevando sobre sí, en gran parte la influencia hereditaria del alcoholismo, la sífilis o la tuberculosis, dichos niños han de mostrar necesariamente los estigmas de la anemia, la debilitación y el empobrecimiento orgánico, y son candidatos seguros a enfermedades que tal vez puedan evitarse colocando a estos niños en mejores condiciones de resistencia.

Cuando en virtud de las investigaciones encomendadas a la inspección médica escolar estos niños van siendo seleccionados, dispónese su traslado al Sanatorio; una vez que llegan a éste son conducidos al lazareto o pabellón de aislamiento, donde permanecen por espacio de veintiún días, y si al cabo de ellos no han presentado ninguna manifestación de enfermedad infectocontagiosa, pasan a reunirse con los demás niños, para hacer con ellos la vida común; vida que consiste en permanecer la mayor parte del tiempo al aire libre, jugando en la playa o haciendo excursiones por las inmediaciones de ésta, bordeando la costa y estando siempre respirando la atmósfera marina.

No por eso queda descuidada su instrucción, pues la enseñanza se hace compatible con el fortalecimiento orgánico, no supeditando éste a aquélla, sino dando a la regeneración física una importancia capital.

Foto 003 Sanatorio Marítimo de Hendaya

Aunque el régimen de fortalecimiento está basado principalmente en la vida al aire libre, el baño es considerado como elemento importante en la labor tonificadora, y se emplea constantemente, utilizando el de mar desde Febrero a Octubre, haciéndose uso durante los meses de invierno del servicio de baños y duchas con que cuenta el Sanatorio.

Los niños están agrupados en diversas secciones, según sexo y edad, y al frente de ellos se encuentran enfermeras-institutrices encargadas de la vigilancia, e independientemente cada sección emprende sus paseos o recreaciones, conforme a lo dispuesto por la dirección del establecimiento.

En el Sanatorio pueden permanecer los niños desde la edad de tres años hasta los de doce, estando allí el tiempo necesario para lograr la tonificación favorable de su organismo, pues así es como únicamente pueden ser útiles estos establecimientos, estando funcionando todo el año y no limitando la estancia en ellos a unos cuantos días, durante los cuales el efecto conseguido es insignificante o nulo.

A este respecto debemos tener en cuenta las opiniones de las autoridades en la materia. Los pediatras que han estudiado los efectos de clima marino, al estimar la beneficiosa acción de éste, no precisamente por la composición de la atmósfera marina químicamente considerada, sino por la ventaja de tener a los niños haciendo su vida al aire libre en atmósfera exenta de polvo, reconocen unánimemente la inutilidad de las curas cortas, de uno o dos meses, en las que la mejoría es manifiesta de momento; pero una vez que el niño vuelve a las condiciones de medio en que anteriormente vivía, se pierden todos los beneficios obtenidos, sin conseguir ninguna ventaja en definitiva, pues como dice Salge: “sólo se consigue enseñar al niño el camino de su curación sin que le sea permitido seguirle hasta el fin”.

En Hendaya no sucede así. En el Sanatorio pueden permanecer los niños continuamente por espacio de un año y más tiempo, si es preciso; lo mismo en verano que en invierno, y de allí no salen hasta que están verdaderamente fortalecidos y pueden volver a Paris en excelentes condiciones de resistencia, después de una cura climatoterápica que puede considerarse como verdaderamente eficaz.

Foto 004 Pabellones Sanatorio Marítimo de Hendaya

De esta manera, en el verano, con la vecindad de una sociedad cosmopolita y elegante, y en el invierno, contemplando desierta aquella hermosísima playa, antes tan concurrida y animada, los niños parisienes pobres disfrutan de aquella vida higiénica sabiamente regimentada, sin sentir la nostalgia de la gran urbe, en la que más tarde han de gastar sus energías, y en la que seguramente habrían enfermado, si la beneficencia pública no hubiese acudido solícita a cambiarles de ambiente.

De desear es que esta labor profiláctica de regeneración orgánica pueda propagarse extendiéndose a otras ciudades y países, pues sólo así podrá tenerse la satisfacción de haber logrado disminuir una de las más importantes cifras entre las que integran la mortalidad infantil, y al mismo tiempo se habrá asegurado la existencia de ciudadanos vigorosos que contribuyan a detener, en su marcha progresiva, la degeneración de la raza, que por desgracia tan ostensiblemente se manifiesta. (Dr. Vázquez Lefort) (1).

Antecedentes históricos
Durante el siglo XIX y parte del XX hubo un profundo cambio, tanto económico cómo político. El nuevo modelo de vida se asoció al crecimiento rápido de la población en las grandes ciudades. El hacinamiento, la mala alimentación y la pobreza estaban servidos. Los niños y las niñas fueron los más vulnerables y los que más sufrieron (2).

FOTO 005 Niñas en el comedor del Sanatorio Marítimo de Hendaya

La infancia de los sectores más humildes estaba determinada desde su nacimiento por un conjunto de situaciones adversas generadas por el medio familiar, económico, urbanístico y sanitario. Además se agrava con la incorporación temprana al trabajo, al abandono de cientos de niños y sobretodo a la mendicidad que era lo único que podían hacer para subsistir.

Ante todos estos problemas que se presentaban surgió un movimiento en favor de la higiene y la salud de los más necesitados. Había que erradicar los focos potencialmente infecciosos: viviendas en los barrios pobres de las ciudades, centros de trabajo de las clases populares, colegios y los centros públicos de reuniones. La escuela iba a ser utilizada como lugar privilegiado para que intervinieran los higienistas, y los sanatorios infantiles como grandes centros de tratamiento para paliar las enfermedades o predisposiciones a ellas.

Las obras benéficas llamadas sanatorios de montaña y hospitales marinos se presentaban como redentoras de la infancia humilde y abandonada.

A estos centros se les llamó de diferentes nombres, estaban calificados en función del objetivo específico que pretendían. Se les llamó: sanatorios marítimos, preventorios, escuelas flotantes, hospicios marinos, escuelas sanatorios y casas de curación. Las diferencias entre ellos aparecían por las normas de admisión o por su organización. Unos eran temporales, otros permanentes, otros dedicados a niños enfermos, otros a los que se podrían poner enfermos y algunos a ambos casos.

FOTO 006 Construcción del Sanatorio Marítimo de Hendaya, inauguración con las autoridades, sala de estiramiento y pabellones

La beneficencia pública francesa no permaneció al margen y abrió el Sanatorio Marítimo de Hendaya. Este establecimiento admitía a los niños de tres a doce años y sus puertas estaban abiertas durante todo el año.

Cómo vivían en el Sanatorio Marítimo de Hendaya
La vida de los internos en el Sanatorio Marítimo de Hendaya se iniciaba a las seis de la mañana, levantándose y realizando su aseo personal con la ayuda del personal sanitario, y de las enfermeras que les cuidaban; se incluía el lavabo de boca, nariz y oídos con los utensilios de limpieza asignados y numerados. A continuación, se pasaba a tomar un desayuno nutritivo, reposando una media hora. Más tarde, acompañados por enfermeras se trasladaban a la playa donde tomaban el baño de agua y/o sol, según se disponía en el régimen diario de cada escolar.

Además, éstos jugaban en la playa de forma espontánea y a veces en juegos organizados por el personal, los bañeros adscritos al sanatorio cuidaban del buen orden y armonía.

Después, se iniciaban las clases divididas por sexos e impartidas por personal docente adecuado. Se intentaba adaptar los conocimientos al nivel educativo de cada niño, formándose grupos homogéneos. La enseñanza de la escritura, lectura y cálculos básicos era el objetivo perseguido. Seguidamente, se pasaba a la comida aislando a los niños y niñas, ya que en dicho hospital no eran partidarios de la coeducación. La alimentación se componía a base de carne y todos los niños tomaban vino en las comidas. Concluido el almuerzo se les permitía reposar y luego se volvía a la playa hasta la hora de la merienda. Concluía el día de los niños, paseando y jugando entre los pinares cercanos hasta la hora de la cena. Posteriormente, se comunica a todos el momento del acto de silencio y los acogidos ocupaban sus camas para el descanso.

FOTO 007 Pabellones del hoy Hôpital Marin de Hendaye, antiguo Sanatorio Marítimo de Hendaya

La estancia normal era de tres a cinco meses como mínimo y en la mayoría de ellos se disponía de enfermería, cocinas, gimnasio ortopédico, salas de baños y desinfección y una estancia dedicada específicamente para niños catalogados como infecciosos.

Habitualmente el personal de los centros se componía de un médico director, más otros doctores ayudantes residentes internos, enfermeras profesionales, personal subalterno y mujeres jóvenes que desempeñaban sus trabajos de forma voluntaria. Los maestros acudían durante un número de horas determinadas o en algunos casos residían en el propio sanatorio marítimo.

Hoy en día en el mismo lugar se encuentra el Hospital Marítimo de Hendaya (Hôpital Marin de Hendaye), con todos sus bloques renovados y en la mitad de todos ellos sigue la incripción de “1906” y la “Infirmerie”.

CRUZADA DE MUJERES PORTUGUESAS
La Cruzada de Mujeres Portuguesas (CMP), fue un movimiento de la beneficencia femenina creada el 20 de marzo de 1916 por iniciativa de un grupo de mujeres encabezado por Elzira Dantas Machado, esposa de Bernardino Machado, el entonces Presidente de la República Portuguesa, con la misión de prestar asistencia moral, asistencia sanitaria y material a los necesitados que intervinieron en la Primera Guerra Mundial y la consiguiente movilización de los hombres para el ejército.

El 12 de junio de 1919 fueron galardonadas con la Gran Cruz de la Orden Militar de la Torre y la Espada, Valor, Lealtad y Mérito.

FOTO 008 Cruzada de Mujeres Portuguesas

Ana de Castro Osório, decía que fue una organización que “tuvo la gran ventaja de mostrar a los hombres cuanto podían y cuanto valían moral e intelectualmente, las mujeres de nuestro país”.

Insiste en poner de manifiesto los valores intrínsecos de las portuguesas y su inequívoca vocación patriótica, ya que “Las mujeres de nuestra tierra correspondiendo, como han correspondido, en todas las clases y en todas las familias, a la llamada que se les hizo en nombre de la patria, amenazada y ofendida por aquellos que se juzgan los más fuertes, muestran de qué forma han sido injustamente comprendidas e injustamente tratadas por los hombres, responsables de haber creado una humillante situación dentro de su propio país…”.

FOTO 009 Boletín de la Cruzada de Mujeres Portuguesas

Los trabajos que llevaría la Cruzada de Mujeres Portuguesas, se organizaron internamente en siete comisiones:
Comisión Administrativa, presidida por Luisa Braamcamp Freire; Propaganda y organización del trabajo femenino: Adelaide Fernandes Costa; Asistencia a las mujeres y madres de los movilizados: Joana Queiroga de Almeida; Comisión Hospitalaria: Alzira Costa; Comisión de Enfermería y creación de cursos de enfermeras laicas profesionales: María Isabel Guerra Junqueiro Mesquita de Carvalho; Comisión de Asistencia a los militares movilizados: Rita Norton de Martos; Comisión de asistencia infantil: Alice Braga Martins; Comisión receptora de donativos: María Barreto.


HOSPITAL PORTUGUÉS DE HENDAYA

Este hospital se pudo preparar y organizar gracias a la obra y al personal de la Cruzada de las Mujeres Portuguesas (CMP).

El Hospital Portugués de Hendaya, situado en Hendaya plage, en el sur de Francia, fue creado para dar apoyo a los soldados portugueses en Francia en la Primera Guerra Mundial. Fue instalado en el Casino de la Ciudad construido junto al mar. Éste edificio fue cedido por la Sociedad Empresaria del mismo Casino por interferencia del arquitecto Henry Martinet, gran amigo del Presidente de la República de Portugal, Dr. Bernardino Machado.

FOTO 010 Enfermeras y mujeres de la Cruzada de Mujeres Portuguesas

El Hospital Portugués de Hendaya era una formación sanitaria autónoma, organizada, mantenida y dirigida técnica y administrativamente por la Comisión de Hospitalización de la Cruzada de las Mujeres Portuguesas. Dependía del Ministerio de la Guerra y del Mando del Cuerpo Expedicionario Portugués. Como organismo le fue entregado la Cruz Roja Portuguesa (3).

El Hospital Portugués de Hendaya dependía del Instituto Policlínico, y se destinaba a recibir y tratar oficiales, soldados, heridos y enfermos del Cuerpo Expedicionario Portugués. Era dirigido por la Señora Delegada del Cuerpo Expedicionario Portugués, y coadyuvada por un Oficial Militar como Comisario.

La dirección del Hospital estaba a cargo de un Oficial Médico o de un Médico Civil, con condiciones de graduación (o similar militar) a un Oficial Superior, el cual proponía el personal de asistencia clínica. Estaba compuesto por 7 médicos, 15 Enfermeras profesionales y personal de asistencia clínica escogido, siempre que fuese posible, en el personal del Policlínico, siendo después propuesta la Comisión de Hospitalización de la Cruzada de las Mujeres Portuguesas (3).

El Hospital Militar Portugués de Hendaya tenía a su servicio 12 Enfermeras equiparadas a Teniente o Alférez.

La 1ª Orden de Servicio de este Hospital data del 18 de abril de 1918 y en él se hace referencia a que esta formación sanitaria está “destinada al tratamiento de Oficiales y clases de tropa de enfermos recuperables del Cuerpo Expedicionario Portugués”, con todo las primeras (3) Enfermeras (orden de servicio nº 5 de 26 de abril de 1918) sólo entran a su Servicio el 26 de abril de 1918, hasta ahí el servicio de Enfermería fue asegurado  por un 2º Sargento Enfermero.
Fuente: AHM CEP – 1 División. 35º Sesión. Caja 94.

FOTO 011 Hospital Militar Portugués

Entre los cuidados que eran prestados a los militares destacamos la determinación relativa a los baños de mar (Orden nº 48 de 8 de junio de 1918 del Director del Hospital).

1º: Las clases de tropa que quisieran tomar baño de mar sólo podrían hacerlo después de previa inspección médica y vestidos con el bañador apropiado.

2º: El baño será a las 6.30 horas para todas las clases de tropa y no durará más de 15 minutos.

3º: Es necesario que las clases de tropa no se bañen sudadas, ni seguir en el mar después de sentir escalofríos.

4º: Las clases de tropa serán acompañadas durante el baño por un Sargento que recomendará el cumplimiento de estas recomendaciones.

5: Las clases de tropa que tomasen regularmente estos baños serán dispensadas de los baños de tina (bañera) bisemanales.
Fuente: AHM CEP, 1ª Divisón. 35 Sesión. Caja 94

FOTO 012 Hoy el Hospital Militar Portugués

Al fin de la Gran Guerra, el 30 de marzo de 1920, y en secuencia del Congreso de la Paix en París, y por determinación del Dr. Alfonso Costa, perteneció Portugal a la Sociedad “Casion & Sports” de Hendaya como consecuencia del uso y adaptación del Casino a Hospital Militar Portugués.

Hay que recordar que el Casino había sido ofrecido gratuitamente a la Comisión de Hospitalización de la Cruzada de las Mujeres Portuguesas y que en él había funcionado un “Hospital de Beneficencia”, para tratar a los Soldados franceses venidos del frente y que había cerrado por orden del Gobierno francés como consecuencia de su proximidad a la frontera.
Fuente AHM. División1-35-1270-5

Reglamento del Hospital Militar de Hendaya
Artículo 1º: El Hospital Militar de Hendaya, auxiliar nº 1 del Policlínico de Lisboa, es una formación autónoma organizada y mantenida por la Comisión de Hospitalización de la Cruzada de las Mujeres Portuguesas, destinado a recibir y tratar a los Oficiales y Soldados heridos y enfermos del Cuerpo Expedicionario cuando sean recuperables.

A través del análisis del reglamento del Hospital Militar Portugués de Hendaya (decreto 2:493 del Ministerio de la Guerra)
Y de otros documentos que reportan el reclutamiento y las actividades de los enfermeros que irán a prestar los cuidados de Enfermería existentes en dicho Hospital militar.

Foto 013 Ministerio de la Guerra. Reglamento del Hospital Portugués de Hendaia

La Cruzada de las Mujeres Portuguesas (CMP) y de acuerdo con sus estatutos (decreto 2:493 del Ministerio de la Guerra) refiere:
En el artículo 22 que: “Compete a la Comisión de hospitalización proveer en todo momento del material, personal y cuidados que precisen, respecto a la hospitalización de todos los heridos y convalecientes de Guerra.
Y el artículo 23 refiere que “Compete a la Comisión de Enfermería crear cursos de Enfermeras, para prepararlas adecuadamente y principalmente para levantar el nivel moral de los profesionales”.

ARTÍCULO DE PERIÓDICO
Ministerio de la Guerra
2ª Dirección General
5ª Repartición
Decreto 1:141
Manda el Gobierno de la República Portuguesa por el Ministerio de la Guerra aprobar y publicar el reglamento del Hospital Militar de Hendaya.
“Pasos” del Gobierno de la República, 18 de noviembre de 1917. El Ministro de la Guerra, Jose Mendes Ribeiro Norton de Matos.

CONCLUSIONES:
Muchos niños pobres, sin recursos, procedentes de las escuelas públicas parisinas, se curaron de sus enfermedades gracias a las instituciones benéficas públicas francesas que les acogieron en los Sanatorios Marítimos.

La alimentación, la higiene y las buenas condiciones que se encontraban en estos establecimientos, hicieron que se pudieran controlar enfermedades casi mortales como la tuberculosis y la anemia, tan padecidas por estos niños sin recursos.

Demostraron que un tratamiento inferior a los seis meses de estancia no era efectivo, pero que con uno superior se llegaba a la total curación. En 100 niños y niñas de entre tres y quince años, se identificaron: el 6% de agudos de convalecencia; 23% de anemia; 5% de la escoliosis también anémico; 21% de retraso en el crecimiento; 40% de tuberculosis escrofulosos y glandular o pulmonar; que sólo el 4% y el 5% de los niños “no tenían nada en absoluto”, ninguna enfermedad, pero se podían beneficiar de la asistencia sanitaria gratuita por ser pobres o no tener las necesidades básicas cubiertas.

Las Enfermeras-Institutrices realizaron una gran labor con sus cuidados de enfermería, en beneficio de los niños más necesitados.

FOTO 014 Soldados y Enfermeras del Hospital Militar Portugués

Durante la Primera Guerra Mundial la Cruzada de las Mujeres Portuguesas (CMP) y las Enfermeras de esta formación sanitaria, a pesar de haber funcionado durante un periodo de tiempo muy corto, fueron de una gran valía gestionando todo un Hospital de Recuperación/Convalecencia de apoyo a los militares heridos y enfermos portugueses.

En esta organización destacan dos Comisiones, una de Hospitalización y otra de Formación de Enfermería.

Estas Enfermeras realizaron un trabajo agotador, muchísimas veces muy peligroso, trabajando mucho y descansando poco. Muchas de estas enfermeras, unas profesionales y otras voluntarias, se enfrentaron directamente con el horror de los combates, carnicerías y deshechos humanos, llegando a pagar algunas de ellas un precio muy alto, su propia vida.

FOTO 015 Hoy el Hospital Militar Portugués

AGRADECIMIENTO ESPECIAL A LOS ENFERMEROS/AS:
Fernando Pérez Camacho. Capitán Enfermero Retirado

Jorge Eurico Gonçalves de Sousa Ferreira. Departamento de Enfermagem da Criança e do Jovem. Curso de Especialização em Enfermagem de Reabilitação Doutoramento em Enfermagem. Escola Superior de Enfermagem de Lisboa (ESEL).

Maria Alice dos Santos Curado. Enfermagem de Saúde Infantil e Pediátrica. Bacharelato em Enfermagem. Curso de Estudos Superiores Especializados em Enfermagem de Saúde Infantil e Pediátrica. Mestrado em Desenvolvimento da Criança - Variante de Desenvolvimento Motor. Licenciatura em Estatística e Gestão de Informação. Escola Superior de Enfermagem de Lisboa (ESEL).

FOTOGRAFÍAS
Fotos: Cruzada de Mujeres Portuguesas.
Fotos: Archivo personal Manuel Solórzano. Fotos realizadas el 13 de abril de 2014
Fotos: Compradas tarjetas postales. Cartes Postales Mercado del anticuario Bayona

BIBLIOGRAFÍA
1.- España Médica. Año II, Madrid, 20 de noviembre de 1912, número 66. Biblioteca Nacional de España.

2.- Juan Félix Rodríguez Pérez. El Futuro del Pasado nº 4, 2013, pp. 175 – 190 (ISSN: 1989-9289)

3.- La Enfermería en el Hospital Militar de Hendaya. 1º Simposio Nacional de Historia de Enfermería. Investigación en la Historia de la Enfermería. Lisboa 29, 30 y 31 de mayo de 2013. Autores Originales: Jorge Eurico Ferreira e Maria Alice Curado

4.- Historia

AUTORES:
Raúl Expósito González
Enfermero del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. SESCAM
Experto en Barberos, Ministrantes y Sangradores

Jesús Rubio Pilarte
Enfermero y sociólogo. Profesor de la E. U. de Enfermería de Donostia. EHU/UPV
Miembro no numerario de La RSBAP

Manuel Solórzano Sánchez
Enfermero. Hospital Universitario Donostia de San Sebastián. Osakidetza /SVS
Colegiado 1.372. Ilustre Colegio de Enfermería de Gipuzkoa
Miembro de Enfermería Avanza
Miembro de Eusko Ikaskuntza / Sociedad de Estudios Vascos
Miembro de la Red Iberoamericana de Historia de la Enfermería
Miembro de la Red Cubana de Historia de la Enfermería
Miembro Consultivo de la Asociación Histórico Filosófica del Cuidado y la Enfermería en México AHFICEN, A.C.
Miembro no numerario de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País. (RSBAP)

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